El pasado fin de semana el clima acompañaba en Sabiñánigo. El viernes hacía un calor aplastante, por la mañana salimos a rodar un rato con Mar Hdez Plana, mis sensaciones eran buenas. Más tarde ya comidos y duchados fuimos al Pirenarium a buscar la documentación, como si de un rallye se tratara pasando las verificaciones administrativas, jeje. Allí me encontré después de 10 años con Jordi Griñó, él sigue igual e incluso más joven. También fuimos a saludar a patrocinadores de Mar, Northwave y Medilast. Nos encontramos con un grande del ciclismo y gran persona Melcior Mauri, todos ellos nos dieron muy buenos consejos para afrontar la prueba al día siguiente.
El sábado a las 5 de la mañana estábamos desayunando, la salida sería a las 7:30 pero había que estar antes para posicionarnos en el cajón de salida. Pensaba que estaría más nervioso pero seguí protocolo de rallyes y me fue genial.
La salida por nuestra parte fue sin incidentes, pero hay que ir con mil ojos, increíble rodar con tanta gente, se pone la piel de gallina solo escuchando el sonido del rodar de las ruedas sobre el asfalto y lo rápido que se rueda en grupo tan numeroso. Llegamos a Canfranc y empezamos el primer puerto, el Somport, mantengo un ritmo cómodo y paro antes de coronar en el avituallamiento para esperar a Mar y coronar juntos. El descenso rapidísimo y justo en el cruce del descenso más pronunciado me explota la rueda delantera, paro a reparar en la cuneta y al rato llega Mar, se para en el arcén y con la mala suerte que un ciclista despistado no la ve y se la lleva por delante, obviamente dejé la bici y fui corriendo a socorrerlos. Primero saqué el pie de la cala del otro ciclista que estaba encima de Mar, la bicicleta de este, a él, la bici de ella, y a ella, el panorama era desolador, mucha sangre y ella llorando, por fortuna todo quedó en rascadas en la cara, labio partido, contusiones en todo el cuerpo y el coccyx fisurado. Ella me dijo que continuara pero obviamente no podía dejarla allí tirada, la ambulancia actuó rápido y nos trasladaron al hospital de Oloron (Francia). Allí conocimos otros ciclistas accidentados.
La organización de la Quebrantahuesos para nosotros ha sido un 10. Las bicis guardadas, la atención sanitaria, todo en general.
Ahora voy a tener que esperar a otro año para cumplir mi reto en fechas próximas al accidente de Ourense, así que seguiré luchando día a día con los entrenos en bici y poder llegar lo mejor posible siempre y cuando mis dolores de espalda y secuelas me lo permitan.
Agradecer a toda la gente que me muestra su cariño en las redes sociales y en persona. Y a Mar desearle una pronta y rápida recuperación.
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